viernes, 28 de enero de 2011

“QUE ESTO, POR LO MENOS, NOS HAGA PENSAR”


-Sobre Hebreos Cap.13:20,21-                                                                                         

Muchas veces expresamos en nuestro sentir todo lo "agradable y bueno" que queremos hacer para Dios, obviando olímpicamente que es lo que El quiere hacer a través nuestro.
Nos hacemos una idea, con base escritural, y actuamos sobre ella y todo nuestro esfuerzo esta abocado a la realización de planes estratégicos diseñados para alcanzar la misma.
Los deseos no son malos en si mismos, sino fuese porque están elaborados por nuestras concepciones humanas de lo que pretendemos es la "voluntad de Dios.
La escritura nos dice lo siguiente:"...haciendo El EN VOSOTROS lo que es agradable delante de El por Jesucristo" (creo entender que a Dios le place HACER EL lo que le satisface y en esto nos utiliza como canales de expresión, no pidiéndonos opinión de COMO HACERLO, se entiende?)
Lo que pasa es que esquivamos el trasfondo implícito en el pasaje y nos es mas fácil "hacer nosotros" lo que "nos parece"  agradable para El.
Será lo mismo para un jerarca, dueño de una importante empresa constructora, que su capataz de obra busque ejecutar uno de sus trabajos más importantes,  en base a su diseño, elaborado en horas de estudio, y que este ultimo, con el plano en su mano, le agregue sus propias ideas  de "sueños arquitectónicos" que dice poseer, y que al final el proyecto terminado tenga mas plasmada la visión del capataz que del Constructor-Jefe?
Donde puede estar la diferencia?
Nos es permitido "elaborar" planes sobre "como logra los diseños de Dios", siguiendo nuestras propias estrategias en tal sentido?
A Moisés se le dijo:...MIRA Y HAZLO CONFORME AL MODELO que se te HA MOSTRADO EN EL MONTE" -Ex. 25:40 y Heb. 8:5-
Podía el, entonces, añadirle sus propias concepciones de "artesano" en la madera? que hubiera significado su osadía?
Pongámonos en su lugar, ¿que hubiésemos echo?, no hemos acaso ideado nuestros propios conceptos sobre "como hacer la obra de Dios?
No nos hemos fabricado "matrices" desde donde nacen planes meramente humanos para la tarea?, no nos hacemos bosquejos, mapas, mojones, etc., etc.,
Para "tomar ciudades, países...el mundo, para Cristo?
"Y el Señor AÑADIA a la iglesia a los que habían de ser salvos"..Hechos 2:47-
No hemos trastocado e invertido los roles?
¿Somos “colaboradores” de Dios o forjamos nosotros la figura de  iglesia que Él desea?
Le ponemos nuestros matices a la obra y en vez de obedecer los dictados del Espíritu Santo, vamos delante de Él dibujando los proyectos que hemos elaborado con nuestras “mejores intenciones” y pidiendo su bendición por la tarea emprendida.
A veces edificamos no en Jesucristo, sino sobre nuestros ministerios particulares, sobre nuestra imagen., sobre nuestras propias concepciones de cómo debe ser la cosa.
¿Cómo no vamos a estar desmembrados?
Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia”…No dijo: La daré a edificar.
El objetivo de Pablo era éste, construir sobre Jesucristo, la roca. Y su lamento en oración y lágrimas  era que Jesús fuera formado en sus discípulos. No predicaba “su ministerio” a expensas de Jesús, pregonaba a Cristo crucificado, al costo de “su propia cabeza”!

¿Acaso nos parece que Dios va a poner Gloria en la obra humana para tentarle a la jactancia? ¿No dijo Jesús: “... decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer,  esto hicimos”?
¿No dijo Él: “Gloria de los hombres no recibo”?
¿Pasará desapercibida ante el Señor la arrogancia de nuestros actos?
Isaías 5: 21 proclama: “Hay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos”.
¿No querrá nuestra humillación y una total obediencia? ¿No querrá abatir nuestro “ego” y expresarse Él por nuestro medio, en la manera que a Él le plazca?
Pero… ¿le dejamos hacer “en nosotros”?
¿O esquivamos el compromiso y “nos vamos por la tangente” haciendo (pretendiendo) nosotros en Él?
¿Qué esperamos al final del camino? ¿O sólo nos quedará en nuestra boca la “baba” de nuestra “euforia seudo-espiritual”, nuestro “pretendido ministerio”, hecho a expensas de nuestro propio esfuerzo egocéntrico, y que sólo cosechó el aplauso del hombre, complacido con un elegante sistema empleado en la predicación del evangelio?
Nuestro desarrollo eclesiástico y religioso podrá parecer muy bueno. Estará engalanado con todos los recursos disponibles a nuestro alcance, ofrendando por personas que creyeron en nuestra sinceridad y le “tomaron el gusto” a nuestra prédica, pero… ¿Habremos  tallado a Jesucristo en algún corazón y éste habrá llegado a ser un varón “perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo?” -Ef. 4:13-
¿Cuántos Cristos formados tenemos en nuestra en nuestra congregación?
Tú dirás: “están en proceso…”
Pues bien, entonces ¿qué les estás enseñando en el proceso? ¿Adónde lo llevan tus prédicas?
Te está utilizando el Espíritu Santo a ti para “forjarlos a la imagen de Cristo”. (Romanos 8:29-8: 29)
Es el mismo Jesucristo tu centro, tu pasión,  tu hambre de cada mañana, y, por ende, tu comida constante?
Estas” menguando” en tu fuero personal para que Él crezca? -Juan 3:30-
Le exaltas. Le rindes toda gloria. No tomas ni más mínimo de ella para ti?
Mueres con Cristo, como decía Pablo, cada día.?  -1ª Corintios 15: 31-
Consideras tu vida “escondida con Cristo en Dios” o la disfrutas en tu ministerio? -Col.3:3-
Te ha “anulado y reprimido” el Señor, para mostrarse Él a través de tu vida? ¿eres su esclavo, por amor? -Ef. 3:1-
En tu ministerio “está la marca” (inconfundible), de que Él hace su voluntad, o se nota que se hace la del hombre?
Te dicta Dios mismo el desarrollo del mismo, donde Él te coloca los líderes con sus dones específicos, -Ef. 4:11,12-, o tú los elijes según tu discernimiento y tu conveniencia?
Si Él es tu centro, que buscas más, su voluntad constantemente y su rostro, o los beneficios de sus bendiciones?
Que o quien es el centro de tu prédica? ¿Qué “arde” en ti?, y si ardes  por algo, porque es?
Pueden tomar ejemplo tus discípulos en como imitas al Maestro en llevar tu cruz?  (para así seguirte las pisadas y continuar tu obra)
Podes decirles con franqueza “Sed imitadores de mi, como yo de Cristo” (1ª Corintios 11: 1)
Todos tenemos que “analizarnos si estamos en fe”, pero en una fe centrada en Jesucristo (Hebreos 12: 2)
Y también todos podemos orar como el rey David: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce MIS PENSAMIENTOS; y ve si en mi hay camino de perversidad, y guíame en el camino recto”
Esta es, por lo menos, mi oración  principal. Reconozco mis falencias y lo frágil que soy (Salmo 39: 4), nada tengo para defender,
Desconfío de mi propio corazón y voy a Él por seguridad, no quiero pavonearme en mi propio  discernimiento. Sujeto mis pensamientos y los llevo cautivos a Él -2º Cor.10:5-
Sólo en la obediencia hay paz. Él dijo: “llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón…”-Mt.11:29-
Miremos como estamos sobreedificando en Cristo Jesús, pues toda nuestra obra “será probada por fuego” (1ª Corintios 3: 11-15), y esto nos tiene que, por lo menos, HACER PENSAR!, no lo crees?

“Quien es sabio para que entienda esto, y prudente, para que lo sepa  -(Oseas 14: 9)-
Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos, más los rebeldes caerán en ellos”

Bendiciones,
Carlos

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