jueves, 14 de agosto de 2014

"...la Iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad" -1ª Timoteo 3:15-

Si el "yo" està condenado a abdicar, menguar, morir...¿no es menester, de todo buen cristiano, denunciar sus toscas y perversas intromisiones dentro del seno de la iglesia?
O, ¿conquè atribuciones puede un "yo", meramente "religioso", inmiscuirse y pretender fascinar con "sus idèas" el diagrama divino dentro del Cuerpo de Cristo, hacièndola a èsta partìcipe involuntaria y, lamentablemente, muchas veces inactiva, tergiversando asì el verdadero rool de la misma?
¿Puede, acaso, el "yo", pretender sustituir a la verdadera "Cabeza" de la iglesia, pretendiendo incorporar, en su seno, la propia visiòn de las cosas que èl posee y esgrime a los cuatro vientos?
¿Puede, el "yo", hacer valer su opiniòn particular, sus gustos y preferencias, en cuanto a "su vida" en este mundo, y esgrimir estas apetencias, no ya en forma aislada del resto del Cuerpo y como parte ùnica de su ser y existir, sinò introducièndola y hacièndola coo-participe involuntaria de una opiniòn general, la cual, si verdaderamente Cristo es Señor del lugar,  deberia primar en una iglesia?
Puede someterse, el cuerpo de Cristo, como aliado involuntario, a las manipulaciones del "yo", quien, caprichosamente, pregona sus gustos privados de una manera ostentosa y, a la vez, confundiendo al oyente comùn, que, absorto, observa y cree que dicha propaganda es de interpretar "como la idea colectiva y el pensamiento" de toda la iglesia, escudàndose en èsta y utilizàndola como "fondo de pantalla" en sus aberraciones y desvarìos espirituales?
Si tal mencionado "yo" se encuentra "al frente" de una corporaciòn llamada cristiana, ejerciendo "el primado" (3ª juan 9), ¿què se puede esperar sufran quienes se encuentran atomizados en tal lugar, y què actitud debieran tomar ellos mismos, por lo menos los que aman y estàn buscando La Verdad?
¿O habrà que marcar pautas concretas en cuanto a lo que significa una Iglesia "conforme al corazòn de Dios", y otra conformada a los gustos y simpatìas de un "yo" capcioso, ladino, renuente a "morir" y que, por consiguiente, se ha transformado en "enemigo de la cruz de Cristo"?
¿O serà que, quienes "aman màs la gloria (efìmera) de los hombres, que la Gloria de Dios" (S.Juan 12:43), ya tienen "su lugar" establecido?
Jugate por una respuesta...quizàs muchos puerdan ser "verdaderamente libres" con tu aporte...

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